Como ayer os dije, voy a poneros la receta de la tarta de peras. La hice el pasado día de la madre. Ya sabeis que me encanta el dulce. Para mí una comida no termina bien, si no hay un buen postre, al final.
Me encantan los postres, sobre todo los caseros. Soy feliz cuando alguién me da una receta de alguna tarta, o algún postre que no haya hecho nunca y que me digan que sale bien.
Normalmente en todos mis cursos suelo hacer 3 platos diarios, entre ellos siempre un postre, no siendo que el grupo prefiera hacer alguna otra cosa, que no suele ser el caso.
Esta tarta queda muy rica, la combinación con la almendra molida le da un sabor muy rico.
Os animo a hacerla, vereis como gusta.
TARTA DE PERAS
Pasta brisa:
125
gr. de mantequilla
160 gr. de
harina
75
gr. de azúcar
1 huevo
1
chorro de agua fría
Pizca
de sal
Relleno:
4
peras Conferencia maduras
100 gr. de almendras
molidas
60
gr. de azúcar glas
100
ml. de leche
50
gr. de mantequilla
150 ml. de nata
3
c/s de mermelada de albaricoque
2 huevos
Pizca
de sal
ELABORACIÓN:
Hacemos
la pasta brisa de la forma habitual. Estiramos y colocamos sobre la tartera o
molde, donde vamos a hacer la tarta.
Metemos en la nevera, durante media hora.
Para
hacer el relleno, en primer lugar tendremos la mantequilla a temperatura
ambiente, la batimos con el azúcar glas y añadimos la almendra y la nata.
Ponemos la leche y los huevos batidos.
Reservamos.
Pelamos
las peras y les quitamos las semillas, las partimos en 4 partes. Las cocemos en
medio vaso de agua, con 4 cucharadas de azúcar y un chorro de vino blanco,
hasta que al pincharlas con un palillo, éste entre con poca dificultad.
Ponemos
la crema de almendras sobre la pasta y
colocamos las peras de forma decorativa, con la parte redondeada hacia arriba.
Horneamos a 180º durante 45 minutos.
Una
vez cocida sacamos del horno y dejamos enfriar.
Diluimos
la mermelada con un chorrito de agua y pintamos la tarta con ella.
Tenemos
en la nevera hasta el momento de servirla.
Podemos
espolvorear de azúcar glas al momento de presentar.
Yo
corto las peras, en forma de abanico, pero sin llegar al final, para que estén
unidas por la base, antes de ponerlas sobre la tarta.
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