A la mayoría de la gente le gustan las croquetas. A mi, personalmente me encantan. Mi abuela Concha las hacía riquísimas. Ella cocinaba en casa y cocinaba muy bien.
Yo me crié con mis padres y mis abuelos. Tuve la suerte de poder vivir todos juntos. ¡Qué enriquecedores son para los niños las figuras de los abuelos! No hay día de mi vida, que no los recuerde.
Como os decía antes, mi abuela era la que cocinaba en casa, mi madre solía hacer otras tareas. Recuerdo alguno de sus platos con una nostalgia terrible. Qué paciencia pelando las patatinas nuevas. La carne guisada, a la que luego le añadía esas patatas, fritas muy despacio, la carne asada, los pescados al horno, los bizcochos de nata...
A mi abuela Concha le encantaba el sabor de la mantequilla. A mí también.
Siempre hacía las croquetas cociendo mucho la harina, para que quedaran sin el sabor a la harina cruda.
Yo sigo haciéndo las croquetas de jamón, como ella las hacía.
Esta receta no es suya pero me hizo recordarla. Espero que os guste.
CROQUETAS DE GAMBAS Y BACALAO
80
gr. de harina
80
gr. de mantequilla
2
dientes de ajo
1
cebolla pequeña
¼
de pimiento italiano
Un chupito de
vino blanco
150
gr. de gambas peladas
200 gr. de bacalao desalado
1/2 litro de leche
1/2 litro de leche
Sal
Pimienta
Nuez
moscada
ELABORACIÓN:
Tendremos
el bacalao desalado y bien escurrido. Para esta preparación, podéis utilizar
migas de bacalao.
Calentamos
la leche y la reservamos caliente.
Picamos
en brunoisse los ajos, la cebolla y el pimiento. Pochamos las verduras en la
mantequilla, a fuego suave.
Una vez doraditas ponemos las gambas troceadas y el
bacalao desmenuzado.
Rehogamos y añadimos el vino blanco. Damos un hervor hasta
que se evapore el vino y ponemos la harina.
Rehogamos y vamos añadiendo
despacio la leche caliente. Mientras ponemos la leche, vamos removiendo, sin
parar. De esta forma evitaremos que se formen grumos.
Cocemos
bien, así, las croquetas estarán mucho más ricas. Probamos de sal,
porque el bacalao tiende a salarlas, y si es necesario rectificamos.
Añadimos
también la pimienta y la nuez moscada.
Ponemos
la mezcla en una fuente y la extendemos. Tapamos con film y dejamos enfriar.
Una vez frías las metemos en la nevera, al menos una hora.
Hacemos
las croquetas. Las rebozamos en harina, en huevo y pan rallado.
Freímos
en abundante aceite caliente y cuando las saquemos las ponemos a escurrir
sobre
papel absorbente.
Que curioso, las hago o de gambas o de bacalao pero de las dos cosas no y claro, tienen que estar divinas.
ResponderEliminarBesazos.