Este es un postre de toda la vida, a mí me recuerda a mi infancia. Me encantan estos postres caseros, que aunque se comían todo el año, tenían fechas especiales, en los que eran imprescindibles.
Las casadiellas o las bollinas, los frisuelos y la leche frita, siempre por carnaval. Qué buenísimos todos ellos! Mi güela Concha era la cocinera en casa, y lo bordaba.
Ya os lo dije más veces, yo creo que mucho de lo que me pasa con estas cosas, es pura nostalgia. Aunque el que sea una "llambiona" muy grande, también debe tener algo que ver...
Este postre lo hacía más mi otra abuela, Rosario, que también era buenísima cocinera.
Os lo pongo ya, por si os apetece hacerlo estos días de Carnavales.
LECHE FRITA
120 gr. de maicena
1 litro de leche
La cáscara de una naranja y de un
limón
25 gr. de
mantequilla
Una rama de canela
200 gr. de azúcar
Un plato con harina
2 huevos
Aceite para freírlas
ELABORACIÓN:
Deshacemos la maicena en un poco
de leche fría. Ponemos a hervir el resto de la leche con las cáscaras de limón y
naranja, la canela y el azúcar.
Cuando ya hirvió añadimos la maicena disuelta con la leche, mezclamos
con unas varillas y cocemos todo removiendo sin parar hasta que espesa.
Untamos un molde de mantequilla y
vertemos la masa cocida, dejándola de un dedo de grosor aproximadamente.
Dejamos enfriar y lo cortamos en
cuadraditos.
Calentamos el aceite en una
sartén .
Rebozamos la leche en harina y
luego en huevo batido. Freímos
Escurrimos y espolvoreamos con
una mezcla de azúcar y canela.
Podemos servirlo acompañado de un
coulis de fresas o de frutos del bosque.
Trituramos las fresas con la cantidad
de azúcar que nos guste y lo colamos. Será la salsa que puede servirnos de
acompañamiento.
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